Eterno homenaje

Mi historia
Elvia Santo Córdova Pinza, ilustre ciudadana de la Parroquia La Unión, su hermana, su amiga, su compañera, nuestra madre, nuestra abuelita…
Hija de nuestros bisabuelos el Sr. Francisco Córdova y la Sra. Juana Pinza, nacida el 22 de agosto de 1936 en el cantón Alamor, Provincia de Loja.
Fue Protagonista de una infancia donde el calor de hogar y el sentido de familia forjó en ella el espíritu altruista que la iba a acompañar por el resto de su vida, dicho de su propia boca en las múltiples historias que nos contaba resultó el hecho de que su niñez estuvo acompañada de una vida sencilla y porque no decirlo incluso de pobreza, no tenía más que un solo cuaderno para ir a la escuela y sufría mucho al ver la carencia con la que vivían, siempre su vida fue una aventura y un reto que superar tal es así que para llegar a su escuela debía pasar a pie por un vasto potrero y senderos, el pan de cada día a veces era abundante pero en la mayoría de las ocasiones escaso, dando gracias a Dios nunca faltó, después recordaba que siendo niña junto a sus hermanos salían a vender los fines de semana en el pueblo el pan producido por las manos prodigiosas de nuestra bisabuela Juanita, tal fue el éxito y la aceptación a sus productos que pronto ya no daban abasto para la demanda que de repente surgió, sin embargo, dentro de un tiempo su madre murió y este fue el inicio para ella, de quizás la etapa más importante de su vida.
A la edad de 18 años y aun superando la pérdida de su madre contrajo nupcias matrimoniales con nuestro abuelo el Sr. Gelacio Modesto López López también oriundo de la Provincia de Loja, laboraban incansablemente en el jornal y su vida era el campo, la agricultura y el día a día. Dan a luz a una tierna niña llamaba Juanita en honor a nuestra bisabuela lamentablemente fallece a la edad de 1 año a causa de bronquitis. Al transcurrir de esos años por motivos de un extenso y fuerte periodo de sequía en su lugar natal y viendo que las posibilidades de surgir se desvanecían toman la decisión de emigran hacia la Provincia de El Oro particularmente a la ciudad de Machala en compañía de nuestro Bisabuelo paterno el Sr. Francisco Granda y de la mano de sus hijos mayores nuestra tía la Sra. Flor Esther López Córdova y mi nuestro tío el Sr. Over Marino López Córdova, en su nuevo hogar deciden emprender un negocio de venta de abarrotes el cual dado el empuje y perseverancia de la joven pareja dio excelentes resultados, las buenas noticias seguían apareciendo y fruto del amor nacieron 3 hijos más, nuestro tío el Sr. Eduardo Antonio López Córdova (+), nuestra tía la Sra. Tannya Cecibel López Córdova y nuestro tío el Sr. Gelacio Francisco López Córdova, el negocio próspero y la familia creciendo pedía a fuerzas tomar medidas para seguir avanzando, junto a la propiedad que rentaban pusieron a la venta una casa la cual era perfecta para seguir creciendo, nuestra abuelita siempre visionaria le propuso a nuestro abuelito comprarla y lo ocurrido fue más o menos así:
- GELACIO: ¿Pero Elvia, con que dinero vamos a comprarla?
- ELVIA: ¡Espera Gelacio, te tengo una sorpresa mira!
Era una alcancía de tamaño considerable llena de dinero fruto de su trabajo incansable, quizás lo justo para cerrar el negocio probablemente hacían falta algunas monedas, finalmente el negocio se concreta, tenemos casa nueva, bueno quizás no tan nueva, pero al final es nuestra…
Corrían tiempos buenos y en cierto momento llegó la noticia de amigos que emprendieron un viaje similar, pero un tanto más lejano, el lugar era de campos verde esmeralda, la tierra fértil y el ambiente igual de caluroso que la Machala que prometía aún todavía, sin embargo, el plan era atractivo y la aventura alentadora, el destino ahora era “La Unión” por aquel entonces un pequeño caserío, terrenos de propiedad de la llamada “Colonia Ecuatoriana”, era un reto más que superar de los tantos que se le presentaron desde la infancia, recuerdan ustedes el inicio de esta historia, acá nuestra abuelita Elvia Córdova se erigió como una de las próceres fundadoras de la Parroquia La Unión, nacen aquí dos hijos más de la pareja nuestra tía, la Sra. Jenny Shirley López Córdova y nuestro tío el Sr. Víctor Hugo López Córdova, finalmente la familia está completa.
Atrás quedó el negocio de abarrotes, ahora en esta nueva tierra lo que resultaba era la agricultura y la ganadería, un viejo oficio que lo conocían a la perfección y así resultó junto con la compraventa de productos de la zona siendo el café su producto estrella, las cosas finalmente marcharon según el plan, Loja y Machala se convirtieron en lugares muy especiales dentro de su corazón, su hogar ahora fue esta hermosa tierra, nuestra entrañable parroquia. El éxito en ocasiones para equilibrar el juego te pone obstáculos en el camino y aquello a veces suele ser más doloroso que la felicidad gozada, nuestro abuelito Gelacio fallece a la edad de 47 años a causa de insuficiencia renal, nuestra abuelita queda viuda a sus 42 años y con 7 hijos a su cuidado.
El esfuerzo y el sacrificio constante fueron la tónica cotidiana en la vida de nuestra abuelita, siempre luchando porque su familia nunca pase por las circunstancias que la acompañaron a ella cuando fue una niña, esto también lo transmitió al prójimo obediente a su alma caritativa en conjunto con un grupo de nobles damas movidas por el mismo sentimiento divino de compasión y de entrega crearon la Fundación “Ayuda para Todos” con la que llegaron a darle esperanza y prestarle servicios humanitarios a la porción más desfavorecida y vulnerable de nuestra parroquia, no solo fue suficiente su labor en la fundación sino que también su activa participación en la iglesia a través del grupo de oración y alabanza “Renovación Carismática” haciendo lo que más le gustaba que era adorar a Dios y a la Santísima Virgen María por sobre todas las cosas.
Uno de esos días para olvidar en el mes de Septiembre del año 2022, le fue diagnosticado Cáncer Pulmonar y con ello un pronóstico de vida de 3 a máximo 6 meses, de eso a la fecha de su partida son casi dos años, a veces los milagros son compatibles con la cura definitiva de una enfermedad, nosotros llamamos al tiempo que nuestra abuelita nos acompañó como un milagro propiamente, porque nos hizo vivirla intensamente durante este tiempo regalándonos para nuestra memoria momentos de su vida que hoy nos dejan una hermosa enseñanza, que la vida hasta el último aliento hay que vivirla con fortaleza, grandeza, alegría y dignidad.
Nuestra abuelita toda su vida fue una mujer de Fe, entregada a Dios y de eso todos somos testigos, en la palabra existe la promesa de nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio de Juan 11:25 que nos dice “Quién cree en mí, aunque esté muerto vivirá y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente” es por ello que el día que nuestra abuelita se marchó, en el cielo hubo fiesta, porque una de sus hijas finalmente ha vuelto a casa, vamos a honrar sus consejos y sus recuerdos, sus mimos y sus caricias suavecitas, no vamos a entristecernos al ver su silla vacía en la mesa, NO en su lugar voltearemos a ver las sillas ocupadas de las personas que deja aquí aquellas que marco de gran manera por su forma de ser y de vivir, vamos a buscar su mirada en los ojos de los más pequeños de la familia, aquellos que tanto amo, sabemos que la tristeza es inevitable pero prometemos que no vamos a dejarnos hundir en ella, porque sería perderla dos veces, más bien vamos a vivirla en cada recuerdo feliz que nos deja, vamos a rendir honor a su legado desde nuestra vida, mas no desde nuestro dolor.
Su seno familiar compuesto por 7 hijos, 22 nietos, 27 bisnietos y 1 tataranieto son el regalo de la vida que Dios le brindó al permitirle formar 5 generaciones a su alrededor siendo ella, el hilo conductor de nuestra familia, el pegamento de nuestras partes rotas, es por eso que hoy le rendimos homenaje y la entregamos para que lleve a la presencia del Señor cada uno de los anhelos de nuestros corazones como ofrendas para su descanso eterno, ve al encuentro con tus padres Francisco y Juanita, con tus hermanos Albertina, Francisco y Flavio, con tu amado esposo Gelacio y de tus adorados hijos Juanita y Eduardo que quienes junto con los ángeles hoy cantan a tu lado…
Con amor infinito tu familia…

